Aceite de Lavanda, sus usos y beneficios
Aceite de Lavanda, sus usos y beneficios, es considerado como un elixir de bienestar y belleza.
Desde tiempos antiguos esta hermosa flor ha sido venerada no solo por su cautivante aroma, si no también por sus hermosos colores.
A la Lavanda se le atribuyen poderes curativos, originaria de las montañas del mediterráneo, esta planta ha sido parte de diversas civilizaciones:
Los romanos la usaban para realizar baños, en temas culinarios y también para airear espacios con su fragancia.
Los egipcios tuvieron una civilización con mucho conocimiento en temas de cosmética, medicina y sobre todo embalsamamiento.
Sus usos van más alla de sus cualidades aromáticas, si no también de las multiples aplicaciones medicinales y terapéuticas que posee.
Hay información y evidencia historica sobre la destilación de la lavanda en la antiguedad, pero fue a partir la época del renacimiento donde creció exponencialmente.
En el siglo XVII se marcó el inicio de un extendido uso en la medicina tradicional y moderna, así también como en el cuidado personal.
La Lavanda en el tema de la aromaterapia empezó a volverse una practica más refinada y empezó a expandirse por Europa.
¿Cuales son los beneficios del aceite de Lavanda?
Sus beneficios son multiples, es considerada un tesoro natural, pues llega a ser un mini botiquín en casa.
Sus beneficios van desde la salud mental y física, así como para el cuidado de la piel y el cabello.
Salud Mental y Física:
La lavanda contiene linalool y linalil acetato, compuestos que le otorgan propiedades calmantes y sedantes. Estos compuestos interactúan con el sistema nervioso central para ayudar a relajarlo y disminuir el nerviosismo y la ansiedad, promoviendo un estado de relajación.
Esta es una de las razones por la que se recomienda y se ha usado históricamente para mejorar la calidad del sueño
Promover la calma, así como para el manejo de estrés y aliviar sintomas de ansiedad y depresión son de sus propiedades más destacadas.
Se encuentra en perfumes, aceites, pomadas, en diferentes formas para ayudar a calmar.
Lavanda para el cuidado de la piel:
Sirve como antiinflamatorio y antimicrobiano, se usa para facilitar la cicatrización de heridas, quemaduras y reducción de irritaciones en la piel.
Estos beneficios lo convierten en un aliado para afecciones de la piel como lo son el acné, la psoriasis y el eczema.
Mejorando los síntomas físicos y el dolor por la inflamación, tanco como mejorar el estado mental y emocional al ver mejor la piel.
¿Cómo se puede incorporar el aceite de Lavanda en la vida diaria?
Aromaterapia con Lavanda:
La aromaterapia es una práctica de la medicina alternativa, donde se busca estimular y aliviar diversos sintomas a través de la estimulación del olfato.
La práctica de la aromaterapia con aceite de lavanda aprovecha su aroma floral y herbáceo para estimular sensaciones de calma.
- Usando el aceite directamente: poner unas gotas en las palmas de la mano, frotar e inhalar el aroma.
- Puedes inhalar el aroma directamente de la botella o poniendo unas gotas en un paño o algodón para obtener el aroma.
- Usando un difusor, se añaden unas gotas al aparato difusor para que este proyecte el vapor aromatico al espacio donde este ubicado.
- Pebetero, este dispositivo hace uso del fuego para vaporizar el aceite en el espacio.
- Creando un spray, se pueden añadir gotas en un frasco atomizador con alcohol o con agua purificada, agitar y aplicar en el ambiente.
- Poner unas gotas en la mascara de dormir, pijama o bajo la almohada para tener el aroma a la hora de dormir.
Son pautas que no solo mejoran el ambiente del hogar, contribuyen a sensaciones de bienestar.
Si tu alivias tu tensión mental y emocional le imprimiras menos cargas a tu hogar y a los seres que la habitan.
¿Dónde se aplica el aceite de Lavanda?
Puede aplicarse en practicamente todo el cuerpo, es uno de los aceites más gentiles con la piel, incluso puede ser usado en la delicada piel de los bebes.
Pero como sabemos que no todos los cuerpos son iguales es importante siempre realizar una prueba de sensibilidad y de alergías para prevenir irritaciones mayores.
Para realizar esta prueba es importante que apliques una pequeña gota de aceite en la cara interna del brazo o alguna parte del cuerpo no muy expuesta y esperes unas 24 horas para observar si hay algún efecto desfavorable.
Aceite de Lavanda para la piel:
Al diluir el aceite de lavanda con un aceite vehicular o portador (como por ejemplo el aceite de coco o almendras), se puede crear una potente mezcla para aplicar sobre la piel.
Esta aplicación tópica no solo hidrata y nutre la piel sino que también aprovecha las propiedades curativas del aceite de lavanda para tratar irritaciones, promover la cicatrización y rejuvenecer la piel.
Puedes añadirlo a tu crema o aceite corporal de uso diario para potenciarlo, o usarlo con el aceite portador en las noches o momentos de estrés para relajarte.
En casos por ejemplo como las picaduras de mosquitos puedes aplicar directamente una gota en el lugar de la irritación para que esta se reduzca más pronto.
Aceite de Lavanda para el cabello:
Para el cuidado del cabello, agregar unas gotas de aceite de lavanda al champú puede ayudar a mejorar la salud del cuero cabelludo, combatir la caspa y dejar el cabello con un aroma fresco y agradable.
Si te gusta preparar mascarillas capilares es una buena adición añadir unas gotas para potenciar la mascarilla y obtener un cabello más suave.
¿Que hace el aceite de lavanda en la cara?
La piel del rostro es una de las más delicadas ya que es una piel más expuesta al ambiente, y además es un poco más fina que la piel del cuerpo.
Nuestro rostro tiene muchos musculos, y alberga gran parte de nuestros sentidos, vista, olfato y gusto, esta piel lleva una gran carga de trabajo.
La piel del rostro revela nuestra edad y muchas veces nuestro estado de salud, es lo primero que mostramos y por eso es importante cuidarla.
La delicadeza de esta piel la hace propensa a irritaciones y afecciones como la dermatitis, rosacea y acné, el aceite de lavanda es un buen aliado para reducir estos enrojecimientos.
Es rico en antioxidantes entonces por lo tanto aplicarlo en el rostro ayuda a tener una piel más suave y brillante, es importante no aplicar directamente el aceite.
Se recomienda siempre hacer prueba de sensibilidad, como por ejemplo aplicar una gota en el cuello y esperar unas horas a alguna reacción.
Añade lavanda a alguna de tus cremas faciales o también puedes crear una mezcla con algún aceite vegetal que uses para el rostro.
Puedes enriquecer esta mezcla al añadir aceites como por ejemplo el de frankincense o el de romero para apoyar más el tener una piel hermosa.
La Ciencia Detrás del Aceite de Lavanda:
Investigaciones científicas han respaldado lo que la sabiduría popular ha conocido por mucho tiempo: el aceite de lavanda es más que un simple aroma floral.
Estudios clínicos han demostrado su efectividad en mejorar la calidad del sueño, reducir el estrés y hasta en el tratamiento de afecciones cutáneas gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Estos hallazgos no solo validan el uso ancestral del aceite de lavanda sino que también abren nuevas vías para su aplicación en terapias alternativas y convencionales.
Crea tu propio oasis de Lavanda: Guía de DIY
Para aquellos interesados en crear su propio aceite de lavanda, el proceso es sorprendentemente sencillo y profundamente gratificante.
Necesitarás flores de lavanda, y un aceite portador de tu elección, como el aceite de oliva o aceite de almendras. El método de infusión en frío, que consiste en sumergir las flores de lavanda en el aceite y dejarlas macerar durante varias semanas, extrae su esencia de manera efectiva, resultando en un aceite de lavanda puro y potente que puedes utilizar tanto para la aromaterapia como para aplicaciones tópicas.
El aceite de lavanda no es solo un producto de belleza o un aroma agradable; representa un legado de bienestar que ha sido apreciado a lo largo de los milenios.
Al integrar este aceite esencial en tu vida, no solo estás optando por un camino más natural y ecológico, sino que también estás abrazando una práctica de cuidado personal que nutre tanto el cuerpo como el espíritu.
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